La revolución que se inició en Francia en 1789 fue un episodio decisivo en la historia de los regímenes liberales, que derrumbó la monarquía absoluta de Luis XVI y las bases de la sociedad estamental del Antiguo Régimen. Inicialmente pacífica la revolución adquirió un sesgo sangriento a partir del comienzo de las guerras con otras naciones europeas a partir de 1792. En medio de los conflictos internos y externos, la libertad quedó arrinconada. La dictadura del terror impuesta por Robespierre fue de corta duración, pero no así el régimen autoritario de Napoleón Bonaparte.
"Los representantes del pueblo francés, constituidos en
Asamblea Nacional, considerando que la ignorancia, el olvido o el desprecio de
los derechos del hombre son las únicas causas de las desgracias públicas y de
la corrupción de los gobiernos, han resuelto exponer, en una declaración
solemne, los derechos naturales, inalienables y sagradas del hombre (...).
Artículo 1. Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en
derechos, las distinciones sociales no pueden fundarse más que sobre la
utilidad común.
Artículo 2. El objeto de toda asociación política es la
conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Estos
derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la
opresión.
Artículo 3. El principio de toda soberanía reside esencialmente en la
Nación. Ningún cuerpo ni individuo puede ejercer autoridad que no emane
expresamente de ella."
La Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano. Agosto de 1789.
MAXIMILIEM ROBESPIERRE (1758-1794). Nacido en 1758 en Arras, Francia, fue elegido representante de su ciudad natal en los Estados Generales de 1789 y se convirtió en uno de los principales dirigentes jacobinos. Destacó por su encendida oratoria y cobró fama de íntegro e incorruptible. Desde octubre de 1793 fue el auténtico gobernante de Francia desde su puesto en el Comité de Salud Pública y el principal inspirador del Terror contra los enemigos reales o supuestos de la revolución. Depuesto de sus cargos, fue ejecutado en julio de 1794, pese al sublevación de la Comuna de París. Seguidor de las ideas de Rousseau, su nombre ha quedado como un símbolo del fanatismo revolucionario.
“No hay más ciudadanos de la república que los
republicanos. Los realistas, los conspiradores, no son para ella más que
extranjeros, o más bien enemigos, La primera máxima de vuestra política tiene
que ser conducir al pueblo mediante la razón y a los enemigos del pueblo
mediante el terror (…)
Es necesario eliminar a los enemigos interiores y
exteriores de la república o perecer con ella (…). El gobierno de la Revolución
es el despotismo de la libertad contra la tiranía.
El terror no es otra cosa que la justicia pronta, severa,
inflexible; por tanto, es una emanación de la virtud (…)
El Terror es menos un principio particular que una
consecuencia del principio general de la democracia, aplicada a las más
urgentes necesidades de la patria. El instrumento del gobierno popular en la
revolución es a la vez la virtud y el Terror”
Maximilien
de Robespierre: Discurso en la Convención, 1794.
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